CONTRIBUCION
"CONTRIBUCION" Newsletter # 409 Cuando llegó a la aldea, todo el mundo fue a escuchar su charla. El tiempo pasó, y cada vez reunía a menos gente, hasta que un día el predicador quedó prácticamente solo, hablando a los árboles y a los pájaros. Sin embargo, día tras día, volvía a armar su pequeña tarima en el mismo lugar, y volvía a declamar su doctrina con el mismo calor y convicción de la primera vez. Meses más tarde, un hombre le preguntó. - ¿Por qué insistes en hablar de algo que nadie escucha? - lo interrogó. - No hablo para convencerte a ti, ni a tu pueblo. Solo hablo para mi, para no olvidar mi doctrina y para mostrarle a tu pueblo que aunque ellos hoy no estén para mi, yo sigo disponible para ellos. -- twitter.com/esgdm