Seis falsos mitos sobre la medicina estética que debería conocer

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Con la ayuda de la doctora Carla Barber desmontamos algunas creencias muy extendidas en torno a los tratamientos de belleza más demandados

1. El botox rellena las arrugas

El botox o toxina botulínica produce una relajación del músculo donde se inyecta para impedir la aparición de las arrugas. Es cierto que unas leves arrugas o líneas de expresión pueden desaparecer con la aplicación del botox pero, en general, para la eliminación de una arruga profunda, es necesario un relleno de ácido hialurónico. Esta sustancia reemplaza el líquido perdido y atrae de nuevo el agua de nuestra piel, estimula la elastina y es ideal para rellenar arrugas.

2. Las estrías se pueden eliminar

A día de hoy aún no existe aparatología que pueda revertir el efecto de las estrías. Sí que es cierto que se pueden mejorar en cuanto a color pasando del morado o rosado a un color blanco, pero no existe ningún tratamiento que en relación coste-beneficio que sea rentable. «Nosotros tenemos láseres que pueden utilizarse para este fin y mejorar las estrías, pero son demasiado caros para el resultado que obtendríamos. Hay que tener en cuenta que, al final, las estrías no son más que una cicatriz producida por una superextensión de la piel», señala la docora.

3. El melasma se puede eliminar con láser

El melasma es una enfermedad que produce manchas principalmente en la cara (frente, mejillas o labio superior). Normalmente, las personas que lo sufren presentan una alteración hormonal, con la toma de ciertos medicamentos, durante el embarazo o al tomar píldoras anticonceptivas. Por eso, el melasma es muy complejo de tratar aunque sí que se puede lograr un «blanqueamiento» de las manchas con tecnología láser, pero nunca eliminar la enfermedad de forma permanente. «En nuestro caso, utilizamos el láser Génesis. Además realizamos peeling específicos para las manchas recomendamos utilizar cremas despigmentantes en casa», apunta Carla Barber.



4. La medicina estética crea adicción

Para considerar que algo es adictivo debe partirse de la premisa de que ese algo tiene que generar dependencia y además, ser nocivo para la salud o generar desequilibrios psíquicos. Ni la medicina estética, ni ninguno de los productos que se utilizan para tratar a los pacientes, se corresponden con esta definición. Lo único que puede generar un cierto «enganche» son los buenos resultados que se obtienen al tratar los complejos o preocupaciones de los pacientes. «Es muy importante encontrar un profesional que no os haga lo que pedís simplemente por hacerlo, sino que realmente os sepa aconsejar lo mejor en función de vuestra anatomía facial y necesidades».

5. Tratarse con la aparición de las primera arrugas

«Para mí el concepto de medicina estética está directamente ligado a una palabra: antienvejecimiento. Siempre explico que lo ideal es cuidarnos y mimar nuestra piel antes de que comiencen a aparecer los primeros síntomas del envejecimiento. Por eso, la medicina que me gusta aplicar es, sobre todo, la medicina estética preventiva».

6. El uso de productos inflitrados te cambia la cara y cuando desaparecen empeora el rostro

Los rellenos que se utilizan en medicina estética, en el caso de las arrugas, lo que hacen es llevar a la piel a su estado inicial aportando la hidratación pérdida con el paso de los años. Cuando estos rellenos desaparecen, lo que ocurre es que volvemos a la casilla de salida y nos encontramos como antes de tratarnos, aunque los tratamientos siempre mejoran la calidad de la piel. «El problema es que olvidamos en seguida cómo estábamos antes de tratarnos y visualmente parece que estamos peor cuando no es así».

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