Los pulsos eléctricos en la piel dañada podrían funcionar mejor que el botox, según una investigación israelí
El Botox no es la única manera de conseguir una piel más suave y menos dañada. Investigadores de la Universidad de Tel Aviv (UTA) demostraron en ratas de laboratorio que pulsos eléctricos de alta tensión pueden reducir las arrugas y el daño en la piel sin causar cicatrices.
El doctor Alexander Golberg, junto con colegas de la Universidad de Harvard y el Hospital de Quemaduras del Shriner en Boston publicó recientemente este tipo de hallazgo en la revista "Scientific Reports". Los autores llaman a la técnica "revolucionaria" por renovar los tejidos de la piel, causando que las células se renuevan a sí mismas, los capilares crezcan y hagan circular el oxígeno y la liberación de colágeno (la principal proteína estructural en los tejidos).
Aunque la técnica, según Golberg, se desarrolló originalmente para tratar una variedad de enfermedades degenerativas de la piel, tiene un gran potencial para la medicina estética también. "La era moderna se caracteriza por el envejecimiento de la población y la sobreexposición a los rayos ultravioletas del sol debido a los cambios en el clima", explicó. "Como resultado, muchas personas sufren de problemas de la piel que van desde el envejecimiento natural de la piel a la atrofia."
Alrededor del 30 por ciento de las personas mayores de 60 sufren esto. Además, quemaduras y enfermedades crónicas como la diabetes dañan el color, la textura y el funcionamiento de la piel", señaló el científico de la UTA.
Cuando el equipo buscó una solución, pensó en el examen de la influencia de los pulsos eléctricos - una técnica que ya ha demostrado ser eficaz para otros usos médicos, incluyendo la desinfección de heridas y eliminación de tumores.
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