Médicos de Sheba: Tratamiento experimental es exitoso en la mitad de los casos de melanoma
Médicos del Centro Médico Sheba, Tel Hashomer, escribieron en un artículo reciente en la revista científica Clinical Cancer Research que investigadores israelíes han descubierto que un tratamiento experimental contra el cáncer de piel puede reducir algunos tumores y hacer que otros desaparezcan por completo.
El tratamiento ha sido probado en pacientes con melanoma a los que se les había dicho que tenían sólo unos pocos meses de vida debido a que otros tratamientos habían fallado. El tratamiento utiliza células del sistema inmune del propio paciente para atacar el cáncer.
En casi la mitad de los casos, en el experimento, el tratamiento hizo que el tumor se redujera o que desapareciera por completo. Veintinueve pacientes recibieron el tratamiento en los últimos dos años y medio. Los médicos de Sheba y del Instituto Ella para el Tratamiento e Investigación del Melanoma y Cáncer de Piel informaron sus hallazgos en la edición de mayo de la revista Clinical Cancer Research.
"El melanoma es considerado uno de los cánceres más difíciles", dijo el Profesor Jacob Schachter, director del Instituto Ella y vicedirector de oncología en Sheba. "En sus últimas etapas se metastatiza a muchas otras partes del cuerpo, a diferencia, por ejemplo, del cáncer del intestino grueso, que metastatiza principalmente al hígado. Además, aproximadamente la mitad de los pacientes con melanoma metastásico son jóvenes, y su esperanza de vida es de seis a ocho meses en promedio".
Sheba es el segundo centro médico en el mundo que implementa el tratamiento, que fue desarrollado en la última década por el Instituto Nacional del Cáncer en Maryland.
El tratamiento, aprobado por el Ministerio de Salud y el comité de experimentación humana de Sheba, sólo fue ofrecido a pacientes cuyo cáncer se había extendido y para los cuales otros tratamientos, incluyendo cirugía y quimioterapia, habían fracasado.
El tratamiento consiste en tomar células del sistema inmune de los pacientes, conocidos como linfocitos infiltrantes de tumores. Estas células, que matan células cancerosas y se encuentran en órganos cancerosos, son desarrolladas en un laboratorio y luego devueltas al cuerpo del paciente para atacar al cáncer.
En la primera etapa del tratamiento, es eliminado un órgano canceroso relativamente fácil de quitar por medio de cirugía, y sus linfocitos son aislados. A continuación, son cultivados durante tres a cuatro semanas en el laboratorio en bolsas con 40 litros de fluido hasta que haya 1.000 veces más que la cantidad inicial. Una semana antes del final del proceso de generación de células, los pacientes reciben quimioterapia agresiva para suprimir su sistema inmune natural, de modo que el cuerpo acepte fácilmente las células cultivadas en laboratorio. Alrededor de una semana después de la quimioterapia, con el paciente todavía hospitalizado, el paciente recibe una infusión de una dosis concentrada de las células generadas en laboratorio. Al paciente también se le suministra interleucina-2, que reinicia el sistema inmunológico.
"Las células que se insertan en el cuerpo ya conocen la metástasis del cáncer, porque provienen de uno de ellos. Por lo tanto se dirigen, como misiles guiados, hacia la metástasis y la desarticulan", dijo Schachter.
Después de que las células de la metástasis han sido destruidas, los glóbulos blancos llamados macrófagos se encargan de sus restos y los convierten en residuos. El sistema inmunológico se recupera en dos a tres semanas, momento en el que el paciente se va a casa. Un mes más tarde, el paciente se somete a una TAC para ver cómo el tratamiento ha afectado al cáncer.
El equipo de Sheba informó que el 48 por ciento de los pacientes respondieron al tratamiento. De 29 pacientes, tres experimentaron la desaparición completa del tumor y las metástasis un mes después del tratamiento. En otros 11 casos la respuesta fue parcial, pero los pacientes siguen vivos y ahora están funcionando de nuevo. El primer paciente cuya metástasis desapareció sigue vivo después de más de dos años, y los otros dos siguen vivos después de 16 y 10 meses, respectivamente. Entre los pacientes cuyos tumores se contrajeron parcialmente, cuatro han estado vivos durante 18, 24, 27 y 16 meses, respectivamente, y el informe de calidad de vida mejoró. Todos los pacientes son sometidos a TAC cada tres meses.
Además de Schachter, el equipo que informó los hallazgos incluye a la Dra. Michal Besser, jefa del laboratorio del Instituto Ella, y al Dr. Avi Treves, director científico de Ella y subdirector del Centro de Investigación del Cáncer de Sheba. Los hallazgos clínicos y la eventual simplificación del tratamiento tendrán un impacto significativo en esta generación de tratamientos celulares de cáncer, escribieron los investigadores.
De acuerdo con las estadísticas de cáncer recogidas por el Ministerio de Salud, 1.300 nuevos casos de melanoma fueron diagnosticados en 2008, 100 nuevos casos más que en el año anterior. De éstos, 830 eran del tipo invasivo de melanoma.
Se espera que Sheba presente pronto una solicitud al Ministerio de Salud para que se reconozca, como no experimental, al tratamiento en pacientes con cáncer terminal.
Los resultados actuales se basan en la segunda generación de tratamiento experimental, que hace uso de células que han sido sometidas a generación de corto plazo en el laboratorio y se inyectan en el cuerpo del paciente mientras las células son todavía jóvenes.
"Cuanto menos tiempo las células crecen en un cultivo de laboratorio, actúan más agresivamente contra las metástasis después de ser reintroducidos en el cuerpo", dijo Schachter.
Sheba también está trabajando para ampliar la tecnología a otros tipos de cáncer, incluyendo el cáncer terminal de riñón. "Deben ser desarrollados métodos específicos para cada cáncer para aumentar los componentes del sistema inmune", dijo Treves.
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