es imposible

Cuando el joven F.W.Woolworth era un simple empleado en una tienda,
sugirió a su jefe la idea de tener un rincón especial de "todo a diez
centavos" para reducir el inventario. Su jefe accedió y la venta fue
todo un éxito.
Esto inspiró a Woolworth para abrir su propio negocio basado en ese
concepto, pero necesitaba un capital inicial. Le pidió el dinero
prestado a su jefe, pero este le contestó que no, alegando que era
imposible llenar una tienda con artículos de menos de diez centavos.
Woolworth no hizo importantes las palabras de su jefe y continuó con
su idea, teniendo no solo un sonado éxito en su primer tienda, sino
que al final fue dueño de una numerosa cadena de franquicias a lo
largo y ancho de los Estados Unidos.
Posteriormente su antiguo jefe dijo: "Cada imposible que utilicé para
argumentar negativamente la idea de Woolworth me costó mas de un
millón de dólares".