Vivir solo y sin peligro con diabetes




Los síntomas de un bajo nivel de glucosa —mareos, temblores, traspiración, hambre y nerviosismo— pueden despertarlo en medio de la noche o sorprenderlo después del ejercicio. Es posible que se confunda, y eso puede asustarlo mucho si vive solo.

Con suerte, reconocerá estos típicos síntomas de la hipoglucemia y sabrá que necesita consumir 15 gramos de carbohidratos de acción rápida, como tabletas de glucosa, jugo o soda con azúcar. Pero en algunas personas, estos indicios que le advierten que está por bajarle la glucosa nunca se presentan. En ambos casos, prepararse y prevenir la hipoglucemia puede ayudarlo a llevar una vida sana e independiente con diabetes.

La seguridad ante todo

La principal inquietud para las personas que viven solas, tienen diabetes y usan insulina o toman sulfonilureas de acción prolongada (medicamentos que pueden hacer que les baje la glucosa) es la hipoglucemia, particularmente de noche. Es un peligro real si no vive con alguien que pueda ayudarlo durante un episodio. "La principal preocupación es asegurarse de estar a salvo y saber [no solo] qué tratamiento necesita cuando le baja la glucosa, sino también cómo puede evitar que suceda", afirmó Kellie Antinori-Lent, MSN, RN, ACNS-BC, BC-ADM, CDE, instructora sobre la diabetes en el Hospital UPMC Shadyside en Pittsburgh.

Aquí le presentamos varios consejos importantes para tener en cuenta:

Tener un plan. Antinori-Lent sugirió comenzar por familiarizarse con los síntomas de la hipoglucemia, pues no todos tiemblan, sudan ni se confunden. Algunas personas tienen síntomas sutiles y otras tal vez no noten las señales de advertencia, pues si están tomando medicamentos como bloqueadores beta, estos las eliminan o hacen menos obvias. También hay quienes nunca tienen síntoma alguno, lo que se denomina hipoglucemia inadvertida.

Una buena estrategia para cuando le comience a bajar la glucosa incluye opciones de tratamiento; esto es, qué fuentes de glucosa de acción rápida usar y dónde guardarlas. Lo mejor es dividir de antemano la debida porción de glucosa de absorción rápida, como tabletas, gelatina y jugo.

"Lo primero que debe poder hacer es permanecer donde está y darse tratamiento", indicó Molly McElwee-Malloy, RN, CDE, CPT, enfermera e instructora sobre la diabetes del Programa de Instrucción sobre el Control de la Diabetes de la Universidad de Virginia. "Cuando le baja la glucosa, pierde mucha estabilidad, por lo que corre alto riesgo de caerse". Por eso es tan importante que lleve consigo en todo momento fuentes de glucosa de acción rápida, ya sea en el bolso o en una bolsa de cintura cuando sale, en la guantera del auto y, en caso de que le baje mientras duerme, en la mesa de noche. En este último caso, no es buena idea tener que bajar a la cocina para buscarlas.

Siempre tenga a mano datos sobre su estado de salud y sus contactos de emergencia. Tenga una lista de sus contactos de emergencia (que incluya familiares, amigos, su endocrinólogo e incluso su farmacia) al lado del teléfono o en algún otro lugar fácil de encontrar. Además, tenga a mano su historia médica en caso de emergencia. Encárguese de ello antes de que ocurra un problema, ya sea con un collar con un USB que contenga su historia médica, una aplicación o una nota en el refrigerador que indica dónde guarda su historia médica. Además, considere seriamente llevar una identificación de alerta médica con información médica importante, como el hecho de que tiene diabetes, y contactos de emergencia.

Ante todo, mídase la glucosa con regularidad. "Si vive solo, ese es el termostato de su nivel de glucosa", dijo Antinori-Lent. Ese es el caso, en particular, si ha variado su peso o nivel de actividad o estrés, pues todo ello afecta el nivel de glucosa. Lo más importante: enséñele los datos de las mediciones a su médico. Es posible que haya un patrón de nivel bajo que usted no haya notado.

Otras opciones son un monitor continuo de glucosa, que le avisa si la glucosa le está subiendo o bajando rápidamente, y la bomba de insulina MiniMed 530G de Medtronic, que deja de inyectarle insulina durante un máximo de dos horas si le baja la glucosa más allá de un límite predeterminado. Los monitores continuos más recientes incluso pueden enviar avisos al teléfono inteligente de otras personas. "Siempre tienen ese angelito de la guarda", señaló Antinori-Lent. Desafortunadamente, conseguir que el seguro cubra un monitor continuo no es fácil, particularmente en el caso de personas con diabetes tipo 2, dijo McElwee-Malloy. En este momento, Medicare (programa de seguro de salud del gobierno de los Estados Unidos para personas mayores de 65 años) no le ofrece a nadie cobertura para estos dispositivos.

Sea inteligente a la hora de hacer ejercicio. Si bien la actividad física le puede reducir el nivel de glucosa, no deje de hacer ejercicio ni actividad física por temor a ello; simplemente preste atención. Siempre mídase la glucosa antes y después de la actividad física (y cuando esta es muy prolongada, mientras la hace), especialmente si está realizando más actividad de la que acostumbra hacer, recomendó Antinori-Lent. Tenga a mano una merienda (bocadillo) con carbohidratos. Si tiene baja la glucosa antes de hacer ejercicio, primero debe hacer que le vuelva a subir a un nivel seguro.

Hacer cualquier actividad no prevista —jardinería, proyectos de pintura, caminatas largas mientras va de compras, mudarse de su residencia, paseos durante las vacaciones y otras similares— pueden causar hipoglucemia. Quizá deba usar menos de la insulina que acompaña las comidas antes de hacer ejercicio o durante este, medirse la glucosa con regularidad y comer los carbohidratos que necesite para tener energía y evitar que le baje la glucosa.

Después de hacer ejercicio, algunas personas notan un efecto retardado, señaló Kirsten Ward, MS, RCEP, CDE, instructora sobre la diabetes y entrenadora de asuntos de salud en Boston. "No necesariamente tienen la glucosa baja inmediatamente después del ejercicio, pero tal vez lo noten seis horas más tarde", indicó. Llevar un diario sobre cómo se siente hasta 24 horas después del ejercicio lo ayudará a notar esta tendencia.

Converse con otros. Como lo hizo en el segundo grado de la escuela primaria, adopte un sistema de compañero en su vida adulta. Pida ayuda a familiares, amigos y vecinos, y asegúrese de que alguien esté al tanto de usted, ya sea con visitas, llamadas diarias o tecnología como aplicaciones o sistemas de vigilancia remota.

Además, asegúrese de que cualquiera que vele por su bienestar esté capacitado para inyectarle una dosis de glucagón —hormona que viene en un juego especial— si usted no puede hacerlo en caso de hipoglucemia porque está muy confundido o ha perdido el conocimiento.

Su nivel objetivo. No solo debe saber dentro de qué límites debe tener la glucosa, sino también sentirse cómodo de mencionarle a su médico si nota que le baja la glucosa constantemente, dijo Antinori-Lent. Por ejemplo, si su médico quiere que la glucosa le permanezca entre 80 y 130 mg/dl pero le baja con frecuencia, es posible que su nivel óptimo deba ser más alto o que sea necesario ajustar las dosis de sus medicamentos. "Es recomendable lograr el mejor control que pueda sin correr el riesgo de que le baje mucho la glucosa", afirmó Antinori-Lent.

Además de cambios en las dosis de medicamentos, puede ayudarlo a evitar la hipoglucemia de noche comer un bocadillo al acostarse (algunos expertos recomiendan productos alimentarios de liberación lenta como las barras Glucerna o Extend).

Recursos para la vida diaria

Simplemente porque se las puede arreglar solo no significa que tiene que hacerlo. Pedir ayuda con sus actividades cotidianas puede mejorar su calidad de vida. Hable con su instructor de diabetes o encargado de su salud sobre las diversas opciones para que reciba cuidados.

En ciertos lugares hay centros de atención diurna para adultos a disposición de los beneficiarios de Medicaid (seguro de salud del gobierno estadounidense que ayuda a muchas personas de bajos ingresos) que tienen temor de pasar el día solos en casa, señaló Bobbi Kolonay, RN, BSN, MS, CCM, enfermera holística titulada, presidenta de Options for Elder Care y miembro del directorio de la Aging Life Care Association. Si no tiene limitaciones económicas, puede contratar a un auxiliar de cuidado a domicilio para que vaya a su casa y lo ayude con los quehaceres diarios, recomendó McElwee-Malloy.

Viva sin temores

Si bien puede asustarle vivir solo con diabetes, es importante tener en cuenta que no tiene que vivir atemorizado. "Realmente no es necesario que le asuste vivir solo con diabetes", dijo McElwee-Malloy. "Si sucede, hay recursos a su disposición".

Pida la participación de su equipo de servicios de salud y haga lo necesario para sentirse seguro, recomendó. "Quiero que se sienta seguro", dijo, "pero también quiero que se sienta facultado para poder vivir con esta enfermedad a diario y que todo vaya bien".

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