Si te vas a hacer un piercing esto es lo que tienes que tener en cuenta
Son muchas las famosas que llevan piercings y no es una moda nueva. En cambio sí parece que ha vuelo con fuerza la obsesión por la tendencia. Por eso es conveniente recordar las pautas o premisas que hay que tener en cuenta a la hora de hacernos un piercing en función de la zona del cuerpo deseada.
Victoriano Morales Gordillo, dermatólogo del Hospital Quirón Salud Madrid, nos dice en primer lugar que en función de lugares que escojamos para ponernos un piercing, podemos tener una serie de problemas u otros. "Los problemas más comunes tienen que ver con inflamaciones e infecciones", sostiene. Y nos cuenta que las infecciones se suelen dar por falta de higiene en el establecimiento al que acudimos. Asegura que esto está cada vez más controlado pero advierte que todavía hay sitios que cuentan con condiciones por debajo de lo exigido. Lo primero que recomienda por eso es que nos aseguremos que el sitio al que nos hemos dirigido está limpio y que la persona que nos va a poner el piercing usa guantes y herramientas esterilizadas. "Si todo esto está bien y tú sigues unos cuidados adecuados no tiene por qué haber ningún problema", garantiza.
Preguntado por lo que sucedería si no hemos tenido en cuenta todas estas premisas iniciales y hemos sufrido una infección, el doctor nos dice que hay que retirar el piercing y tratar el problema. Recomienda acudir a un especialista, al menos a un médico general que aborde la herida y paute unas curas. Estas se pueden hacer a partir de un tratamiento local con una crema antibiótica o bien con un antibiótico de vía oral. Dependerá del lugar en el que la infección se encuentre. En este sentido, el experto asegura que los piercings en la boca son los más arriesgados porque en caso de que se produzca una infección esta se puede extender a la zona de la mandíbula y el paladar y darnos un problema importante. "Por eso hay que tener mucho cuidado con la higiene hasta la cicatrización, que se suele dar al cabo de un mes", nos dice. "En este periodo se deben evitar el alcohol, el tabaco, el sexo oral y las comidas que puedan dejar demasiados restos en la boca", agrega. Recomienda usar colutorio periódicamente y limpiar la zona de forma suave con un cepillo de dientes.
Por otro lado, el doctor desmiente que haya una relación de riesgo entre los piercings en el ombligo y el embarazo. Si recomienda en cambio que no nos lo hagamos cuando estamos embarazas para prevenir infecciones y que nos lo retiremos, en caso de que nos lo hayamos hecho antes del embarazo, cuando la tripita vaya creciendo porque al expandirse el abdomen el piercing puede sufrir. Además puede romperse el trocito de piel que lo cubre por ser esta especialmente delicada.
En cuanto al material del que deberían estar hechos los piercings para que no causasen problemas, el dermatólogo nos dice que idealmente tendrían que ser de acero. "El problema está llega cuando llevan níquel porque este es un material con gran capacidad para producir alergias y hay muchas personas sensibilizadas", sostiene el experto. "Suelen ser alérgicas al níquel las personas que presentan eccemas cuando emplean bisutería", añade. "Estos pacientes deberían asegurarse de que el piercing es de acero y no lleva aleación con níquel", recomienda.
Respecto al truco casero de aplicar esmalte al pendiente para evitar alergias, el doctor nos dice que si empleamos esmaltes que no lleven níquel (porque sorprendentemente muchos lo llevan), podríamos lograr que hicieran una película protectora. De cualquier modo nos indica que esta película no quedaría ahí de manera permanente sino que se iría deshaciendo y por lo tanto no sería una solución definitiva. El doctor nos habla además de unas lacas especiales de venta en farmacias que hacen efecto pantalla sobre el pendiente y que pueden ser útiles para eventos puntuales en caso de que queramos ponernos un piercing concreto susceptible de producir alergias.
Para terminar el doctor nos dice que hay personas con tendencia a cicatriz queloide que no deben hacerse piercings, tatuajes ni ningún otro tipo de tratamiento que implique dañar la piel porque pueden generar sobre esta una cicatriz anómala. Las cicatrices queloideas son más grandes. Si tenemos antecedentes familiares con ellas es probable que las desarrollemos. Para que lo entendamos, el doctor nos dice que si hemos tenido un granito de seis milímetros en un hombro por ejemplo, una cicatriz queloidea aparecería como una abultamiento doloroso de color rosado que sobrepasaría ese límite de seis milímetros. "Ocurre mucho en los hombros, la oreja, la zona superior del tórax y el ombligo", nos dice el experto. En caso de que nos haya sucedido, deberemos evitar ponernos un piercing.
Comentarios
Publicar un comentario