Diabetes en invierno, guía para afrontarla a bajas temperaturas


El efecto del frío sobre el cuerpo humano puede ir mucho más allá de obligarte a usar guantes, bufandas y chamarras, sobre todo si tienes diabetes, afección crónica que exige mayores cuidados en los días invernales. ¡Infórmate y protege tu salud!

¿Cómo afrontar el invierno si tienes diabetes?

Seguramente sabes que esta afección crónica se manifiesta cuando el organismo pierde la capacidad de producir suficiente insulina o usarla con eficacia. Esta hormona (fabricada en el páncreas) permite que el azúcar de los alimentos, es decir, la glucosa, pase a las células del cuerpo, donde se convierte en energía para que músculos y tejidos funcionen correctamente.

Si no se absorbe de manera adecuada, la glucosa queda circulando en la sangre y puede dañar los tejidos y la salud. Por ello, tener diabetes te obliga a vigilar el nivel de glucosa sanguínea en forma permanente, lo cual resulta especialmente importante durante el invierno, pues la temperatura ambiental puede complicar el tratamiento general para esta condición.

Para ayudarte, a continuación te ofrecemos una guía para el manejo de diabetes en invierno:

Lleva estricto control de glucosa sanguínea. Cuando la temperatura ambiental baja, el organismo comienza a temblar para contrarrestarlo y así producir calor, el cual obtiene de la segunda capa de grasa que te cubre (tejido adiposo marrón) y que se genera dependiendo de la cantidad de azúcar que encuentra. Esto explica la glucosa elevada en clima frío, es decir, es una reacción de tu cuerpo para soportar las inclemencias del tiempo, de ahí la importancia de revisar los niveles de glucosa en sangre constantemente.

Vigila las bebidas que consumes con mayor atención. Durante los días invernales no sólo se antojan más los chocolates, también abundan las celebraciones que invitan a ingerir refrescos o ponche de frutas con frecuencia. Los especialistas recomiendan a las personas con diabetes limitar siempre el consumo de bebidas energéticas, gaseosas, deportivas y jugos/ponches de frutas, pues una sola porción de ellas puede elevar la glucosa en sangre y afectar su salud.

¡Vacúnate! La diabetes hace que tus defensas (sistema inmunitario) sean más vulnerable a casos graves de influenza o gripe; además, si sufres alguna de estas enfermedades, puedes enfrentar complicaciones e, incluso, tener que acudir al hospital. Recibir la vacuna contra influenza todos los años es una medida inteligente para proteger tu salud siempre, en especial si consideras que tener un resfriado, gripe o cualquier otra afección puede elevar tus niveles de glucosa en sangre.


Calienta tus manos antes de revisar los niveles de glucosa en sangre. Si tus manos están frías, puede que las pruebas de autocontrol de glucosa sean incorrectas y debas repetirlas varias veces.
Insulina y diabetes, Tratamiento para diabetes

Revisa tus pies de manera regular. Cuando se combinan bajas temperaturas y diabetes, la sensibilidad de la piel (de por sí alterada por esta enfermedad) puede verse seriamente afectada. El organismo debe conservar el calor corporal a toda costa, pudiendo sacrificar las extremidades, si es necesario, al menos hasta encontrar algo de calor y un refugio; ésa es la razón por la que sientes hormigueo en los dedos de manos y pies cuando hace mucho frío. Si además has registrado glucosa elevada en invierno, se multiplican las probabilidades de sufrir problemas de circulación e infecciones en los pies. Lo mejor es revisarlos todos los días, a fin de identificar posibles cortaduras, llagas, infecciones en las uñas, ampollas o callos, y acudir al médico si alguna de estas heridas no sana después de un día.

Humecta tu piel. La resequedad de la piel en temporadas de frío es natural en cualquier persona, pero aumenta en caso de diabetes debido al daño que sufren los nervios. Recuerda usar cremas humectantes en todo el cuerpo y aplicarlas mediante suave masaje después de un baño con agua caliente, por ejemplo, antes de dormir.

Mantén tus medicamentos y medidores de glucosa lejos del frío. Igual que el calor extremo, las bajas temperaturas pueden provocar un mal funcionamiento del glucómetro. Si el invierno se recrudece, no dejes olvidados tus medicamentos en lugares que no tengan la temperatura regulada. Asimismo, evita inyectarte insulina en zonas del cuerpo que tengas muy frías, pues podría provocar que este medicamento se absorba más lentamente.

Prepárate para atender bajos niveles de azúcar en sangre. Cuando el nivel de azúcar en sangre desciende demasiado (debajo de 70 mg/dL se considera peligroso) ocurre hipoglucemia, cuyos síntomas pueden ser visión doble o borrosa, dolor de cabeza, estremecimiento, entumecimiento de la piel, cansancio o debilidad, entre otros. Por ello, pareciera que algunas personas con diabetes sienten mucho frío, pero en realidad, experimentan los temblores por el bajo nivel de azúcar en sangre. Para enfrentar esta situación, conviene tener a la mano algún bocadillo que contenga azúcar y si no hay mejoría, consigue ayuda médica de inmediato.

¡Sigue en movimiento! El ambiente puede hacer que prefieras quedarte en casa antes de salir a correr por el parque o jugar tenis al aire libre; sin embargo, recuerda la importancia de mantenerte activo para tu tratamiento de diabetes. El ejercicio físico ayuda a que tus niveles de azúcar en sangre estén mejor controlados, así que puedes organizar tu agenda para acudir al gimnasio y seguir tu rutina de abdominales y estiramiento muscular, o bien, tomar clases de zumba, spinning o yoga bajo techo mientras vuelven los días calurosos.

El manejo de la diabetes no requiere medidas extremas, ni cambiar por completo tus actividades durante los meses más fríos del año, simplemente necesitas saber cómo adaptarte a las bajas temperaturas para seguir disfrutando de la vida.

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